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Hacia un modelo de educación híbrida

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Tecnologías digitales en el aula

Una encuesta de los 35 países miembros de la OCDE en 2015 mostró que las escuelas que hacían un uso extensivo de las computadoras en el aula tenían un rendimiento sustancialmente peor. Esto fue aún más evidente cuando se consideraba el entorno social del estudiante. En otras palabras, el desempeño de los estudiantes más vulnerables fue significativamente peor. Además, los estudiantes más vulnerables hacían un uso deficiente de las tecnologías digitales. Hay muchas lecciones que se pueden extraer de esto, pero una de ellas podría ser que ofrecer repeticiones de exámenes a través de espacios virtuales no es una buena idea. El informe destaca algo que sabemos desde hace décadas: existe una falta evidente de pruebas con respecto al impacto del uso de las tecnologías digitales en el aula.

 

Entonces, ¿cuál es el mejor momento para introducir las tecnologías digitales en la enseñanza? Este artículo señala algunos de los factores que debemos tener en cuenta al enfrentar esta pregunta.

 

A estas alturas, hay suficientes pruebas para demostrar que absorbemos menos información al leer texto en pantallas digitales que al leer en papel. Por otro lado, también conocemos el efecto del orden y la elección en la presentación del contenido: los materiales de enseñanza, si se presentan en un orden inapropiado, incluso pueden ser perjudiciales para el aprendizaje. Un ser humano, un profesor, hace esto con relativa facilidad. Una máquina tiene dificultades para interpretar el contexto y decidir cuál es el mejor orden. A menos que esto sea canónico, por supuesto: la historia siempre se presentará en orden cronológico. Por lo tanto, podemos ver que un algoritmo no es lo más apropiado para elegir el orden de las lecturas y los ejercicios cuando no está claro cómo calibrar la capacidad de aprendizaje. También sabemos que es deseable que un estudiante participe en la resolución de dificultades apropiadamente desafiantes, es decir, problemas difíciles de resolver. También es importante que los estudiantes, especialmente a una edad temprana, escriban a mano, no aprendan en exceso desde sus dispositivos móviles y que tampoco se abusen de las técnicas de gamificación.

 

Apoyo a los estudiantes y personalización de la formación

Una vez que hemos entendido el contexto del uso de diferentes herramientas digitales en la educación, podemos hablar de otros elementos de esta educación híbrida. En el episodio 3 del podcast sobre Educación Digital, discutimos estos temas con Cristina Villalonga y Lorena Delgado. Ambas, comunicadora y psicóloga, resaltan las habilidades que un profesor debe tener en el entorno de aprendizaje en línea. Afirman que la metodología debe adaptarse al contexto y no al revés. Es decir, que un estudiante de aprendizaje a distancia, con intermediación tecnológica, requiere nuevos códigos y registros de comunicación, así como comprender la relevancia de la disciplina, la planificación y la organización del tiempo. Por lo tanto, considerando que el enfoque principal debe centrarse en el estudiante, los demás elementos deben adaptarse para facilitar el aprendizaje.

 

El rol cambiante del profesor en la educación híbrida

En este contexto de educación híbrida, hay tres elementos adicionales que debemos asegurar para proporcionar una educación de buena calidad: apoyar a los estudiantes, personalizar su formación de manera apropiada y brindar las habilidades digitales necesarias tanto al profesor como al estudiante. Cristina y Lorena, que trabajan en la Universidad Antonio de Nebrija, que conmemora este año el 500 aniversario de la muerte de Antonio de Nebrija, explicaron que su lema es el "Humanismo Digital", recordándonos que no debemos introducir tecnología sin mirar su impacto en la dinámica entre el profesor y el estudiante.

 

Por lo tanto, el rol del profesor puede cambiar. Además de ser expertos en la materia que enseñan, los profesores deben ser buenos comunicadores y gestores de grupos. Deben confiar en la tecnología para regular el aprendizaje y saber cómo introducirla en el momento y el contexto adecuados, siendo guías en lugar de meros expositores. Con todo el material de aprendizaje disponible en Internet, que a menudo se confunde como un sustituto del rol del profesor en el aula, es más importante que nunca ofrecer a los estudiantes un camino hacia el aprendizaje.

 

El estudiante como agente consciente del entorno de aprendizaje

También debemos entender que uno de los legados probables de la pandemia es la educación a distancia. Volviendo a nuestra pregunta al principio: estamos entrando en una era híbrida, donde la educación presencial y el aprendizaje remoto coexistirán. Esto nos obligará a repensar la cadena de valor educativo, aprovechando lo mejor de cada modo. La relevancia de la inclusión de la tecnología para canalizar el aprendizaje híbrido nos coloca en un camino en el que el estudiante puede convertirse en un agente consciente de la construcción de su propio entorno de aprendizaje personal (PLE) en la universidad, que construirán a medida que continúen aprendiendo a lo largo de su vida y futuro profesional.

 

La educación es un asunto muy serio. Tenemos amplias pruebas de que en ciertas edades puede condicionar el futuro, no solo de un estudiante, sino del grupo que lo rodea. Por lo tanto, cualquier experimento tecnológico que no esté estrechamente relacionado con los resultados de aprendizaje de los estudiantes me parece un juego demasiado arriesgado.